Los avances de la tecnología en la última década han dado saltos en lugar de pasos, es imposible dejar de asombrarse por los adelantos en los diversos campos en los que se aplica. No obstante, el tema de la inteligencia artificial sigue siendo considerado un tema tabú por algunos puristas. O al menos eso parece, pues están reacios a que una máquina tenga el control operativo de los activos de una compañía.

Si los cerrajeros pudieron adaptarse y especializarse en materia tecnológica para mejorar su trabajo, los programas pueden desarrollarse para convertirse en sistemas adaptables y moldeables para satisfacer las necesidades de sus usuarios. Al menos, esa es la idea general bajo la que está siendo concebida toda la tecnología de la inteligencia artificial, incluso al punto de entender y emular las emociones humanas.

Recientemente, hubo un incidente al respecto dentro de los cuarteles generales de Google. Esto fue lo que pasó…

El Proyecto LaMDA

Google tomó la decisión de cesar la relación laboral que sostenía con el ingeniero en software Blake Lemoine tras declarar que reveló secretos industriales tras publicar sus conversaciones como sujeto de pruebas para un nuevo proyecto de software de reconocimiento de voz en el que se encuentra trabajando Google desde hace un lustro. Lemoine expresó en las conclusiones de sus experimentos a los directivos de Google que este dispositivo es “sensible” y que “tiene sentimientos”.

El proyecto lleva por nombre LaMDA (modelo de lenguaje para aplicaciones de diálogo), para el cual Lemoine se ofreció para probar cómo éste podría mejorar la comprensión de un lenguaje natural por parte de una inteligencia artificial. Contando con 41 años, Blake sostenía conversaciones con este dispositivo; y en ocasiones plateaba temas complejos como la religión para determinar si el dispositivo era capaz de desarrollar mensajes de odio o algún tipo de discurso discriminatorio.

Cuando comentó a los directivos sobre su experiencia y conclusiones, éstas fueron desestimadas. Esto lo llevó a publicar su trabajo en medios digitales poco conocidos pero de gran alcance como Cajundiscordian. Acto seguido, el ingeniero fue suspendido como investigador bajo la premisa de violar el acuerdo de confidencialidad que firmó al ingresar en la compañía. Lemoine ha entregado documentos a un influyente senador de los Estados Unidos donde manifestaba tener pruebas de que Google practica la apología a los discursos de odio por discriminación religiosa. También alega que varios de sus compañeros en el área de Ética de la IA en Google, como Margaret Mitchell, también fueron despedidos en circunstancias similares.

Mientras tanto Google, el gigante tecnológico, desde sus oficinas centrales afirma que los informes presentados y contrastados con los resultados de otras pruebas no tienen fundamentos suficientes para apoyar las afirmaciones de Lemoine y Mitchell. Solamente queda esperar, aunque eso no hará que recuperen sus empleos, si Google realmente apoyo los discursos discriminatorios en general.

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